Antes de nada quiero gritar el título del post a los cuatro vientos, este es mi sentimiento:
La OMS la describe de la siguiente forma:
Se consideran mutilaciones genitales femeninas todos los procedimientos que entrañen la ablación parcial o total de los genitales externos femeninos o la lesión de los órganos genitales femeninos que no respondan a razones médicas. La mutilación genital femenina carece de beneficios conocidos para la salud. Antes bien, se asocia a una serie de riesgos a corto y largo plazo para la salud física, mental y sexual, y para el bienestar.
Tenía esta entrada preparada hace tiempo y no me atrevía a publicarla, es un tema conflictivo y puede levantar polémica, hoy aprovechando el DIA MUNDIAL contra esta práctica y un artículo recientemente publicado, quiero abrir un espacio a la reflexión.
Imaginemos una consulta de ginecología, para no entrar en diferencias de contexto, tres mujeres:
Una quiere hacerse un “piercing genital” porque ella y su pareja lo han visto en un vídeo (habitualmente esto se hace en condiciones insalubres) y quieren probar lo que se siente,
Otra tiene problemas y se siente acomplejada por el tamaño de sus labios genitales,
La tercera es subsahariana y quiere hacerse una circuncisión , lo ha decidido libremente sin ser coaccionada (esto sabemos que tampoco es lo habitual)….
Pero centrémonos en la situación imaginaria planteada: consulta con todas las medidas higiénicas, personas adultas que deciden libremente. Bien, ¿cuál es nuestra posición ante esta situación?
Este es el planteamiento del siguiente artículo donde se analiza la situación ante la ley de las distintas opciones:
Quiero dejar bien patente mi rechazo a una práctica que se realiza a la fuerza sin permitir la libre decisión a la mujer sometida y que condena a niñas de por vida a sufrir las consecuencias. La legislación que prohíbe la Mutilación Genital en muchos lugares está motivada por un deseo de proteger a las niñas y las mujeres de los peligros para la salud y de las presiones sociales que produce. Por otro lado, nos encontramos con las otras “ablaciones occidentales”, entendiendo que no son realizadas por presión social pero a menudo, con la idea de "gustar más al otro", se realizan cada vez mas frecuentemente practicas en el mundo occidental que consentimos sin inmutarnos a pesar de ser en muchas ocasiones igualmente invalidantes para la mujer. En esta revisión realizada desde las perspectiva de los cuidados enfermeros :
Hay un amplio estudio descriptivo de las razones y motivaciones que llevan a las mujeres a esta práctica. A pesar de existir pocas evidencias al respecto uno de los estudios reflejados en la revisión habla de un 31% de complicaciones.
Las recomendaciones de la OMS acaba con la siguiente frase:
La OMS está especialmente preocupada por la tendencia creciente a la participación de personal con formación médica en las prácticas de MGF. La OMS insta encarecidamente a los profesionales sanitarios a que no realicen esos procedimientos.Volviendo a la situación inicial me gustaría que cada uno sacara sus conclusiones a la hora del tratamiento hacia las tres situaciones.
Por mi parte pienso que la religión de nuestra sociedad es la estética, no es el caso de aquellas situaciones por enfermedad o lesión del tipo que sea, y al amparo de la bandera la libertad de decisión; somos mucho más permisivos con unas prácticas por el hecho de estar realizadas en nuestra cultura a pesar de que ya están ocasionando problemas de salud y muchas veces llegan a tener las mismas consecuencias catastróficas para la salud de la mujer que la ablación practicada en países africanos.
Quiero que esta entrada sirva para la reflexión.
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